La publicidad y las teorías psicológicas
Por qué analizar la publicidad desde las psicologías?
Muchas veces
escuchamos a expertos y profesionales de diversas aéreas hablar sobre la
posmodernidad o “modernidad liquida” como la llama Bauman en su libro, el cual
a mi consideración no tiene desperdicio a la hora de conocer sobre esta etapa.
Bauman la llama modernidad liquida considerando que todo fluye como un liquido,
en una cultura light donde se van perdiendo los valores morales y el
compromiso, ya que lo que mas importa es la estética y el presente, donde todo
se quiere rápido y las personas intentan llenar el vacío emocional a través del
consumismo.
El consumismo cuenta
con un arma fundamental para su estancia y, lamentablemente, aparente
permanencia en la sociedad: la publicidad, la cual también ha cambiado a
lo largo del tiempo, reflejando los valores y necesidades de aquellos sujetos que
busca convertir en público y consumidor. La publicidad crea demandas
innecesarias, todo el tiempo somos bombardeados con publicidad de productos que
nos llevan, inconscientemente, a una necesidad de consumir. Debido a que la
misma llega a todo tipo de público de una u otra manera, sin discriminar niños,
adolescentes o adultos, me parece un tema muy interesante para examinar desde
el punto de vista de las teorías psicológicas.
Algo interesante para
introducir desde la psicología social, es que Pichón Riviére define el sujeto
como emergente de un sistema vincular, en contradicción dialéctica entre la
necesidad y la satisfacción. En este interjuego entre necesidad y satisfacción
que se da entre causas internas y externas, las necesidades pueden gratificarse
o frustrarse. Si bien la contradicción entre la necesidad y la satisfacción se
produce “dentro” del sujeto, si las fuentes de gratificación de la necesidad se
encuentran externas al sujeto, éste se relacionará con el exterior para ir en
la búsqueda de la satisfacción de dicha necesidad. Del interjuego entre
necesidad y satisfacción concluimos que la necesidad, o la búsqueda de la
satisfacción de la misma, será el fundamento motivacional del contacto del
sujeto con el mundo exterior. Con este marco teórico, podemos afirmar que la
publicidad crea necesidades en los sujetos, necesidades que sólo se satisfacen
con un determinado producto. Al ver una publicidad de, por ejemplo, un celular
más moderno del que tengo ahora, comienzo a generar “interiormente” una
necesidad de cambiar el teléfono. Más allá de que dicha necesidad se produce en
el interior, las fuentes para satisfacer mi necesidad se encuentran en el
exterior (celular), por lo cual me vinculo con el mundo externo para satisfacer
mi necesidad.
Podemos definir a la
publicidad como una manera específica de comunicación, que utiliza diferentes
lenguajes, mensajes, canales y medios, compartiendo un fin común: promover el
consumo de un bien o servicio. La publicidad se vale de diferentes disciplinas para
poder cumplir con su cometido, entre ellas economía, antropología, sociología,
estadística y psicología.
La publicidad y las psicologías
Como primer hecho
puntual, me gustaría destacar la salida del cine, donde todo el mundo salía
derecho a comprar coca-cola, bebida que reiteradamente aparecía publicitada en
la película, a través de carteles o protagonistas bebiéndola. Destaco este
fenómeno porque refleja claramente el hecho de que el mensaje deseado llegó al
publico generando una especie de “sed colectiva” que solo parecía saciarse a
través de la coca-cola. ¿Qué es lo que nos lleva como espectadores de la
publicidad a tomar dicha gaseosa luego de salir del cine?
Considerando el caso
detallado anteriormente, puedo entender desde la teoría cognitivo-conductual
esta acción como un condicionamiento basado en el estímulo-respuesta. La
gaseosa nos llega como un estímulo externo que
a través de los sentidos, particularmente en este caso a través del ojo,
que produce en nosotros una respuesta: ir a tomar coca-cola. Tomando en cuenta
el modelo de la caja negra que utilizaba la psicología conductista en sus
comienzos, podemos decir que el estímulo es la imagen reiterada de la coca-coca,
la caja negra somos nosotros (espectadores de la publicidad) y la respuesta es
el acto de beber la gaseosa. Mencioné que una de las formas de publicitar el
refresco era el mostrar los protagonistas bebiéndolo. Siguiendo con la
corriente cognitivo-conductual, puedo entender que por imitación estamos
aprendiendo a tener “sed de coca-cola” en un espacio y tiempo determinado.
Vemos a los actores disfrutando, saciando su sed, refrescándose, y a la salida
del cine hacemos lo mismo: los imitamos y vamos a beber coca-cola.
Gran aporte de la
teoría cognitivo-conductual viene desde el condicionamiento operante, citado en
el ejemplo anterior. Como caso particular, quiero destacar la publicidad
televisiva de Acepxia, una línea de productos para tratar el acné. Ante la
aparición de un grano, se nos presenta que la conducta “aceptada” es el uso de
Acepxia para “desaparecer” el mismo. Me refiero a la conducta aceptada porque
el concepto de salud de la teoría cognitivo conductual se basa en la adaptación
del individuo al medio, lo cual en la publicidad se muestra a través de la
aceptación y los elogios a la persona en ausencia del grano y el rechazo ante
la presencia del mismo. Podemos decir que la conducta aceptada es el uso de
Acepxia, la cual recibe un reforzador. Destacamos un reforzador negativo
(suprimimos el grano, ya que este desaparece) y a su vez un reforzador
positivo: “la automática cura y prevención del acné”. Considerando lo explicado
anteriormente, podemos entender el hecho de que más de un adolescente se preocupe
por comprar (y usar) el producto para curar y/o prevenir el acné para así
“garantizar” la aceptación de sus pares y sentirse adaptado a su sociedad.
Si bien utilicé una
publicidad en particular para ejemplificar los aportes del conductismo, quiero
detenerme en el concepto de adaptación. ¿Qué es lo que la publicidad actual nos
muestra que necesitamos para poder adaptarnos? Tanto desde las publicidades televisivas
como las radiales, folletos y artículos en periódicos o redes sociales nos
muestran un concepto de adaptación basado en la idealización de la raza humana
a través de la perfección estética. Como mencionaba anteriormente, la
posmodernidad en que vivimos se caracteriza por el culto a lo cuerpo. Todo el
tiempo nos bombardean con publicidades de artículos que no engordan, cremas
para ser joven y bella, productos para un cabello radiante, pastillas mágicas
que adelgazan, etc. En la comunidad de hoy, estar arreglada, flaca, joven, vestida
a la moda, con un pelo perfecto es estar adaptado. Para vendernos cualquier
producto nos presentan mujeres perfectas, hermosas, sexis y hombres fuertes,
atractivos y musculosos. Sucede incluso que esas amas de casa que publicitan
desde un jabón en polvo hasta un detergente son flacas, bonitas, etc. Hasta
después de cocinar y limpiar aparecen perfectas, arregladas para limpiar y
cocinar, lo cual no sucede en la vida diaria. Otra cosa a la que quiero aludir
es a la imagen de “90-60-90” que encontramos tanto en las publicidades como en
los maniquíes de las tiendas y en artículos tan comunes como la botella de agua
o el empaque de un limpiador cremoso. Esta reiteración de la importancia de la
estética y el cuerpo perfecto (e irreal) nos ha llevado a una idealización, en
la que para adaptarnos a la sociedad tenemos que aspirar a “ser” como la chica
de la propaganda. Según el psicoanálisis, la idealización es un proceso
psíquico por el cual se llevan a la perfección las cualidades y el valor del
objeto. La identificación con el objeto idealizado contribuye a la formación y
el enriquecimiento de las instancias llamadas ideales de la persona, yo ideal o
ideal del yo. A través de la identificación con el objeto idealizado, el sujeto
asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o
parcialmente, sobre el modelo de este. La personalidad se constituye y se
diferencia mediante una serie de identificaciones.
Un dato curioso que
se me viene a la mente es una propaganda realizada por una conocida marca de
desodorantes hace unos años. Ante varios casos de muerte de modelos por
anorexia y bulimia, una marca argentina realizó una serie de comerciales
televisivos donde las protagonistas rompían con los esquemas del cuerpo
perfecto, ya que eran mujeres más “comunes” que aquellas que solían aparecer.
El comercial fue muy criticado y atacado por la prensa, llamado incluso el
comercial de las “gorditas”, por lo cual tras no tener éxito se quitó de la
pantalla. Hago referencia a este caso concreto debido a que las protagonistas
del comercial no cumplen con las particularidades con las que el objeto, en
este caso el cuerpo femenino, es idealizado.
Desde el
psicoanálisis, un aspecto interesante para analizar es el hecho de las
publicidades subliminales, en la cual considero que la psicología puede ayudar
a entender, como un mensaje encubierto logra “entrar” a la mente de las
personas haciéndolas pensar u operar de una determinada manera. Si bien la
palabra subliminal tiene más de una interpretación y es incluso utilizada en la
cultura comúnmente asociada a los mensajes ocultos o manipuladores, quiero
citar la etimología del término como herramienta para entender el significado
de la misma. Subliminal proviene del latín Sub,
'por debajo de', y limen, 'umbral'. Hace referencia a aquellos estímulos que no
alcanzan la intensidad necesaria para ser percibidos o diferenciados de forma
consciente, pero que pueden producir respuestas semejantes a las de un estímulo
similar, y cuya intensidad sea superior al umbral.
Por lo tanto, y según los propios publicistas, publicidad subliminal es todo aquel mensaje audiovisual que se emite por debajo del umbral de percepción consciente y que incita al consumo de un producto. Este tipo de publicidad surge en 1957 en Estados Unidos con el publicista James Vicary, quien “camufló” en una película las frases “eat popcorn” y “drink coca-cola”. Los espectadores no lograban percibir esto de manera consciente, no lograban “ver” el mensaje oculto, pero sin embargo el consumo de pop y coca-cola aumentó notoriamente.
Por lo tanto, y según los propios publicistas, publicidad subliminal es todo aquel mensaje audiovisual que se emite por debajo del umbral de percepción consciente y que incita al consumo de un producto. Este tipo de publicidad surge en 1957 en Estados Unidos con el publicista James Vicary, quien “camufló” en una película las frases “eat popcorn” y “drink coca-cola”. Los espectadores no lograban percibir esto de manera consciente, no lograban “ver” el mensaje oculto, pero sin embargo el consumo de pop y coca-cola aumentó notoriamente.
¿Pero
cómo se logra aumentar el consumo través de imágenes que no llegan a ser
captadas de manera consciente? En el caso de las imágenes en movimiento el ser
humano no es capaz de percibir de manera consciente cada una de las imágenes
que se proyectan sobre una pantalla a una cadencia de más de 14 imágenes por
segundo. Sin embargo el cerebro sí es capaz de percibirlas, de tal manera que
cualquier mensaje que se inserte por este método puede ser percibido de forma
inconsciente. Al hablar de inconsciente, la primer corriente psicológica que
puedo asociar es el psicoanálisis. Y aquí viene mi pregunta:¿ cómo interviene
el psicoanálisis en la publicidad?
Los
publicistas se valen de la tópica del aparato psíquico de Freud con una
intención más que notoria: la manipulación de los deseos inconscientes. Al
hablar de inconsciente, nos referimos al lugar donde se encuentran los
contenidos no presentes en el campo de la consciencia, que son incompatibles
con la misma. Al hablar de deseos inconscientes Freud lo define como ligado a
la memoria, a las huellas mnémicas, encontrando su realización en la percepción
alucinatoria de las percepciones que se actúan como signos de dicha
satisfacción. Por lo tanto, podemos deducir que el deseo inconsciente se
encuentra ligado a la fantasía. Freud lo caracteriza como uno de los polos del
conflicto defensivo, que tiende a realizarse restableciendo los signos ligados
a las primeras experiencias de satisfacción. Es por este motivo que se
encuentra ligado a signos infantiles indestructibles.
Siguiendo
con la línea de la etapa infantil, Freud propone que ya en la etapa infantil se
encuentra presente la sexualidad. El psicoanálisis Freudiano define sexualidad
como una serie de excitaciones y actividades que producen un placer que va más
allá de la satisfacción de una necesidad fisiológica fundamental, como por
ejemplo el hambre. Como hecho concreto podemos destacar que en la primer etapa
del desarrollo psicosexual teorizado por Freud (etapa oral, bebés de 0 a 12-18
meses), el bebé se contacta con el mundo y siente placer a través de la boca,
al morder, lamer, chupar, etc.
El
psicoanálisis atribuye gran importancia a la sexualidad en el desarrollo y la
vida psíquica del ser humano. Como ejemplo de
su relación con la publicidad, quiero presentar determinadas imágenes:
Aquí el contenido
sexual es más que explicito.
Oculta, aparece la
palabra “sex”.
La mayoría de las
publicidades que utilizan un órgano sexual humano hacen uso de la imagen del
pene, sumamente importante en Freud, quien teorizó sobre la castración y la
envidia del mismo.
Actos sexuales que no
se perciben conscientemente, sino que tenemos que “alterar” la imagen (al
rotarla o agrandarla) para percibirlos.
Además quisiera destacar algo que ha estado presente
en la vida de todas las personas: la botella, quizá el símbolo más subliminal
de todos. A través de una serie de imágenes, quiero demostrar cómo es que la
botella, patentada por coca-cola, simboliza el cuerpo de la mujer. Puede verse
claramente como el pico simboliza el cuello, la parte más fina representa la
cintura, se va ensanchando hacia abajo para representar las caderas y
finalizando con las piernas.
Un hecho histórico a destacar viene de la mano de un
sobrino de Freud, que con su método revolucionó la publicidad moderna. El mismo
Edwards Bernays admitió haberse basado en la teoría psicoanalítica de su tío
para manipular los deseos de las mujeres haciendo que estas empiecen a fumar en
la calle. Cabe destacar que Bernays trabajaba para la marca de cigarrillos
Lucky Strike. Bernays entendió al cigarrillo como un símbolo fálico que
otorgaba un poder al género masculino. De esta manera, basó su objetivo en
conectar el acto de fumar en la calle con la disputa de poder entre los
géneros, ya que esto sucede después de la guerra, donde la mujer comenzaba a
lograr su emancipación. Bajo el lema “Antorchas de Libertad” convocó de manera
anónima a una marcha de mujeres que caminarían juntas fumando en la calle, la
prensa registró dicha manifestación y así el público femenino consumidor de
tabaco aumentó notoriamente. Claramente puede verse en este acto como logró que
las mujeres asociaran un producto (el cigarrillo) a un deseo inconsciente (la
libertad).
Desde la psicología familiar sistémica, quiero
destacar como la publicidad hace uso del modelo sistémico de familia
tradicional. Cada vez que aparece una familia, esta es constituida por un
matrimonio y sus hijos, y en algunos casos, sus mascotas, así como familias
grandes y numerosas. Sobre todo en publicidades de gaseosas, aparece la familia
reunida, logrando disfrutar del vínculo familiar gracias a la gaseosa, quien
pasa a ser un elemento del sistema. Un claro ejemplo de esto podemos verlo en
las generaciones “anteriores” a la actual, donde el almuerzo del domingo era
algo sagrado, una especie de ritual en el que se tomaba gaseosa, posiblemente
siendo el único día de la semana en que se compraba la misma. De esta manera,
la publicidad toma este hecho característico de muchos sistemas familiares para
“garantizar” la unión familiar y el espíritu “dominguero” a través de la
bebida.
En cuanto a la publicidad y el aporte que utiliza
desde la psicología social, esta rama de la psicología ayuda a orientar a la
comunidad publicista a través de estudios del comportamiento del receptor en la
comunicación. Pichón Riviere supone que en todo vínculo hay un proceso de
comunicación en que sujeto y objeto se retroalimentan mutuamente, donde alguien
emite un mensaje, alguien lo recibe, hay un código común y una decodificación
del mensaje. En un código común, que puede ser por lenguaje oral, escrito,
imágenes, etcétera, el publicista emite un mensaje y el público lo decodifica.
El comprar el producto supone la retroalimentación. De esta manera, los
publicistas cuentan con modelos que los ayudan a diseñar mensajes aplicables
para ser comprendidos por los receptores y que a su vez estos cuenten con mayor
influencia sobre los mismos. Por ejemplo, aquellas empresas de marketing que
contratan a un psicólogo social lo hacen para que éste aborde el estudio de los
problemas fundamentales de la comunicación interpersonal y de las relaciones
humanas de los usuarios del producto a publicitar. Un ejemplo de esto viene de
la mano del uso de la elección de los colores que se utilizarán, ya que el
color tiene importancia en la vida emocional y psíquica de la persona. Cada
sociedad en particular, reconoce de manera distinta los colores, de aquí que
las empresas y los políticos inviertan tanto dinero en logos publicitarios, ya
que se considera el color como un medio comunicacional muy importante.
Desde el punto de vista de las construcciones
sociales, se pueden encontrar claramente establecidos los roles que se le otorgan a
determinados actores. Los comportamientos de hombres y mujeres tienen su origen
en una construcción social, adquiriendo pautas de conducta y atributos que
constituyen los roles de género. El género es un producto de las relaciones
entre personas que tiene que ver con la manera en que la sociedad elabora sus
ideas, creencias y actitudes sobre masculinidad y feminidad, simbolizando la diferencia
sexual, caracterizando y organizando los roles de género. Por ejemplo, en la publicidad el rol de la
mujer es, además de estar bella, radiante y esbelta, el de la encargada de la
limpieza, la cocina, la mamá perfecta que permite a sus hijos ensuciarse porque
“tiene los secretos” para desmanchar la ropa. Además la madre es quien debe
cuidar de su familia y darles la mejor comida, la más sabrosa, la que mantiene
a los chicos y al esposo feliz. Y como si no fuera poco, debe disfrutar de
ello. El rol del hombre en la publicidad es el de figura de poder, o bien dueño
de un auto “de categoría”, atractivo, ya que todo el tiempo está atrayendo o
seduciendo mujeres a través de un objeto (producto publicitado) que le da
poder, relacionado a un buen puesto de trabajo, que le da el derecho a salir a
tomar con sus amigos o mirar deportes sin ser interrumpido por ninguna
actividad o persona. Los roles de género también se reflejan en la publicidad
infantil, mientras las niñas juegan con muñecas o a realizar las “típicas
tareas del rol de la mujer”, los niños juegan al futbol, se ensucian y se
muestran “varoniles” desde una primera infancia. Como explicité anteriormente,
el género es una construcción social, que tiene aspectos tanto psicológicos
como culturales, por lo cual no es anormal que aparezcan en la publicidad, ya
que ésta es parte de la cultura.
Qué significa, entonces, el marketing? Nada más que una herramienta para vender un determinado producto o servicio. A quién no le ha pasado que desea comprar algo, que cuando lo compra ya no lo quiere y se dio cuenta de que era algo que había idealizado? Hasta el Cuarteto tiene una canción al respecto... Qué hacer? Pensar, criticar la publicidad, no dejarnos manipular, es la forma que tienen de vender humo...