No somos buenos o malos artistas,
somos mejores o peores "sublimantes"
![]() |
(El Grito, Edvard Munch) |
Hace días vengo abordando de una forma u otra, el tema del arte. Lo hago por medio de facebook, twitter, imágenes y archivos personales, lecturas sobre el tema, e incluso algo de eso es lo que yace en este blog...
Vale destacar mi entendido de dicha palabra: "arte"; cuatro letras, un mundo. Un mundo de creaciones, de canciones, melodías, historias, películas, poesías, narraciones, fotografía, teatro, etc. Y si, por supuesto, pintura. Recuerdo una frase (o un diálogo) de la película "La Sonrisa de Mona Lisa", hermosa película protagonizada por Julia Roberts:
- El arte no es arte hasta que alguien dice que lo es. Alguien importante.
- Y quiénes son esos?
Gran respuesta...
El arte no es más que la expresión adornada de una "insatisfacción"inconsciente, con tres compontes:
1) La fuerza pulsional: Un deseo no satisfecho, que actúa como fuente de inspiración, que desvía esas ansias de satisfacer en la producción de algún elemento artístico que sea aceptado por la escala de valores del "artista".
2) El narcisismo del creador: es un factor que marcará las obras. Muchas veces encontraremos rastros "similares" en varias obras del mismo artista. Por ejemplo, si yo le pido que clasifique las siguientes seis obras en dos grupos de tres, cómo lo haría?
![]() |
Número 1 |
![]() |
Número 2 |
![]() |
Número 3 |
![]() |
Número 4 |
![]() |
Número 5 |
![]() |
Número 6 |
Es a esto a lo que me refiero con el narcisismo del creador, al inconsciente deseo de ser amada, admirado y aceptado.
3) La forma acabada de la obra: No hay arte si no hay una obra acabada. Puede existir una fuerza pulsional y un narcisismo por parte del "artista", pero no hay arte si no hay obra. Hablamos de una idea, hasta que esta se materializa para "cobrar vida" en forma de obra acabada.
Muy bien, ya tenemos una obra de arte, propiamente dicha.
Qué nos falta? Alguien que la admire. Alguien que la califique como arte.
Quién dice que es arte? Quien la admira. Porque al admirarla, le "guste" o no le "guste", le está dando el valor que ésta pretendía al momento de su creación.
Le pido que se "concentre" en una obra famosa, puede esto ser una sonata, pintura, canción, etc.
Seguramente, ésta le provoca algún tipo de emoción o sensacion, ya sea amor, alegría, tristeza, empatía, melancolía, nostalgia.... Y muy seguramente, no sea la misma emoción que se manifieste en otro interpretador... Así como es posible que no se llegue a interpretar el verdadero significado de dicha obra, considerando que el su naturaleza está íntimamente ligada al inconsciente del artista.
Podemos decir, entonces, que el orígen del arte es un deseo inconsciente de su creador, y su fin o su destino es la emoción que se hace presente en su admirador. Por lo tanto, es un fin mutable, no así como su origen; que puede, incluso, gestar otra nueva obra...
Y es para concluír que me remito al comienzo: "no somos ni buenos ni malos artistas". Podemos ser mejores o peores "sublimadores", canalizadores de ese deseo inconsciente para plasmarlo en una obra...